En aquella época, los romanos, grandes consumidores de huevos, descubrieron que podían mezclarlos con leche para crear preparaciones firmes tras la cocción. Así nacieron las primeras versiones del flan, que a menudo eran saladas y condimentadas con pimienta o pescado, muy distintas a lo que conocemos hoy.
Con la expansión del Imperio Romano, la receta viajó por Europa, y fue durante la Edad Media cuando el flan comenzó a endulzarse con miel, convirtiéndose en un postre popular en celebraciones religiosas. De hecho, se servía frecuentemente en Cuaresma y Pascua, ya que los huevos eran un alimento permitido en esos períodos de ayuno.
El flan moderno, con su caramelo brillante y su inconfundible sabor dulce, se consolidó en España, desde donde más tarde viajó a América durante la colonización. En Latinoamérica, cada país le dio su propio toque: en México es común añadirle leche condensada, en Argentina se disfruta acompañado de dulce de leche, y en otros lugares se enriquece con café, coco o queso.
👉 Curiosidades:
El flan es uno de los pocos postres que ha sobrevivido prácticamente intacto desde la época romana hasta nuestros días.
En Francia se conoce como crème caramel, mientras que en Inglaterra se popularizó bajo el nombre de caramel custard.
🧾 Ingredientes
1 taza de crema de leche
1 taza de queso crema
1 taza de duraznos en lata
½ taza de almíbar de los duraznos
3 cucharadas de gelatina sin sabor, hidratadas en agua.
🥣 Utensilios necesarios
👩🍳 Preparación paso a paso
Licuar la Preparación
Licuamos todo hasta integrar.
Agregamos 3 cucharadas de gelatina sin sabor, ya hidratada en agua caliente.
Y licuamos por 30 segundos más
Verter en Vasos
Ahora vertemos la mezcla en vasos individuales. Usa una espátula para no desperdiciar ni una gota de esta delicia.
Refrigerar
Llevamos los vasos al refrigerador por al menos una hora.
Servir
Retiramos y servimos,
Podemos desmoldar o comer directamente del vaso
Se puede decorar con rodajas de durazno (Si nos sobraron)