Pollo a la Mantequilla (Butter Chicken) | Receta India Deliciosa

El pollo a la mantequilla, conocido en hindi como Murgh Makhani, es uno de los platos más famosos de la cocina india y un verdadero ícono de la gastronomía mundial. Su origen se remonta a la década de 1950 en Delhi, India, cuando los chefs Kundan Lal Gujral, Kundan Lal Jaggi y Thakur Dass, dueños del famoso restaurante Moti Mahal, buscaban una forma creativa de aprovechar el pollo tandoori que quedaba del día anterior.

La idea fue preparar una salsa suave y cremosa a base de mantequilla, tomate y especias, en la que se recalentaba el pollo ya cocido en el horno tandoor. El resultado fue un plato delicioso, aromático y equilibrado, que rápidamente conquistó a los comensales y se convirtió en la especialidad del restaurante.

Con el tiempo, el pollo a la mantequilla se popularizó primero en la India y luego en todo el mundo gracias a la diáspora india y a la fascinación internacional por la cocina de especias. Hoy es uno de los platos más pedidos en restaurantes indios de cualquier ciudad del planeta.

Curiosidades 🌟

El restaurante Moti Mahal en Delhi no solo dio origen al butter chicken, sino también a otros clásicos de la cocina india moderna como el dal makhani.
Aunque se le suele comparar con el chicken tikka masala, se diferencian en que el butter chicken nació en India, mientras que el tikka masala es un plato creado en el Reino Unido por chefs de origen indio o pakistaní.
El secreto de su éxito está en el balance: una salsa rica y cremosa con especias suaves, pensada para ser accesible incluso para quienes no están acostumbrados a sabores muy picantes.
Hoy existen múltiples variaciones, desde versiones vegetarianas con paneer (queso fresco indio), hasta adaptaciones bajas en grasa usando yogur en lugar de mantequilla y crema.

🧾 Ingredientes (4-6 Porciones)

Para el pollo marinado:

800 g (1 ¾ lb) de pechuga o muslos de pollo deshuesados, en cubos

200 g (¾ taza) de yogur natural (griego o sin azúcar)

2 cucharadas (30 ml) de jugo de limón

2 cucharadas (20 g) de jengibre fresco rallado

3 dientes de ajo, picados o rallados

1 cucharadita (5 g) de cúrcuma en polvo

2 cucharaditas (10 g) de garam masala

1 cucharadita (5 g) de comino molido

1 cucharadita (5 g) de chile en polvo o paprika (según gusto)

Sal al gusto

Para la salsa:

3 cucharadas (45 g) de mantequilla sin sal

1 cebolla grande (150 g), finamente picada

2 dientes de ajo, picados

2 cucharadas (20 g) de jengibre fresco rallado

400 g (14 oz) de tomates triturados o puré de tomate

1 cucharadita (5 g) de cúrcuma

2 cucharadita (10 g) de garam masala

1 cucharadita (5 g) de comino

½ cucharadita (2 g) de chile en polvo o paprika

200 ml (¾ taza) de nata (crema de leche)

Cilantro fresco picado (para decorar)

Sal al gusto

🥣 Utensilios necesarios

1 bowl grande (para la marinada)

1 sartén grande o cacerola profunda

1 tabla y cuchillo para cortar pollo

1 cuchara de madera o espátula

Tazas y cucharas medidoras

👩‍🍳 Preparación paso a paso

1. Marinar el pollo

En un bowl mezcla el yogur, jugo de limón, jengibre, ajo y especias.

Añade el pollo en cubos y mezcla bien.

Tapa y deja marinar mínimo 1 hora en la nevera (ideal toda la noche).

2. Cocinar el pollo

En una sartén grande, calienta 1 cda de mantequilla.

Dora el pollo marinado en tandas (no es necesario cocinarlo completamente).

Reserva.

3. Preparar la salsa

En la misma sartén, derrite el resto de la mantequilla.

Sofríe la cebolla 5–6 minutos hasta dorar.

Añade ajo y jengibre, cocina 1 minuto más.

Agrega tomates triturados y especias (cúrcuma, garam masala, comino, chile).

Cocina 10–15 minutos, hasta que espese.

4. Finalizar la salsa y unir

Añade la nata y mezcla bien.

Regresa el pollo a la sartén y cocina a fuego lento 10–15 minutos, hasta que el pollo esté tierno y la salsa cremosa.

5. Servir

Espolvorea cilantro fresco y acompaña con arroz basmati o pan naan caliente.

✅ Tips finales para un Butter Chicken perfecto

Marina el pollo toda la noche para que absorba mejor las especias.
Puedes usar pollo con hueso para más sabor, aunque tardará más en cocinar.
Si quieres la salsa más suave, pasa los tomates por licuadora antes de añadirlos.
Para una versión más ligera, sustituye la nata por yogur natural o leche de coco.
Este plato mejora al día siguiente: los sabores se intensifican.

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